Como siempre junto a él, así comenzó mi día. A diferencia de los demás, su presencia se distanciaba de mí, en su lugar estaba nuestra fiel y mejor amiga, mi madre.
Los noventa minutos de juego se hacen eternos por los nervios acumulados, pero el día 20/4/14 fue especialmente tenso. Un esfuerzo constante durante un año y lo más importante, ilusión por alcanzar ese triunfo tan soñado y trabajado. Comienza el partido.
Ezequiel calentando y el águila recorriendo el campo con 63.000 aficionados.
Antes de iniciar el partido, se besa la muñeca donde lleva mi nombre tatuado.
Como dice el dicho, todo esfuerzo tiene su recompensa, la liga la ganaron ellos, el Benfica.
Las felicitaciones son merecidas para todo el equipo que forma el club, pero yo concretamente me quiero centrar en la persona con la que he vivido día tras día su emoción, Ezequiel Garay, mi mejor amigo y marido a la vez.
Las clases de personas se caracterizan por sus actos, él no sabe hacer otra cosa que actuar de buena manera y dejarse llevar según sus sentimientos, por ello cuando finalizó el juego quiso que su primer gesto de agradecimiento fuera el siguiente:
Todo se lo dedicó a ella, su abuela.
Celebración entre todos los compañeros.
Siempre hay uno en el grupo que está picando, molestando y jugando con los demás, ese es Ezequiel, marca diferencia en todo, es único.
Ezequiel alzado en la espalda de su compañero.
Nosotros tenemos un lema que nos identifica desde el primer día que nos conocimos, lo llevamos tatuado y allá donde vamos nos acompaña, SOMOS UNO.
En el brazo se puede leer lo mismo que pone en su camiseta.
Luciendo la misma camiseta, SOMOS 1.
Cuando mi equipo o mi selección alcanzaba un título lo celebraba a lo grande con mi gente, recuerdo la cibeles repleta de gente chillando y cantando. No es que este caso sea distinto, tenía inmensa alegría por todos ellos pero todo quedaba en un segundo plano, mi único objetivo e interés era verle disfrutar y acompañarle en todo el acontecimiento.
Esperando a que recojan la copa junto a mis amigas y mi madre.
El rebosaba de felicidad y yo no paraba de llorar al verle así…
Alzando la copa.
Como un niño corría en mi búsqueda, no tardó mucho en encontrarme, soy su sombra.
Esta vez la pequeña canallada fue por mi culpa, nunca me hice una foto con una copa y él no quería perder la oportunidad. Arrebató la copa a sus compañeros para dejar marcado este momento.
Dentro de la emoción se encontraba la tristeza por un amigo, que precisamente uno de los días más felices de su vida se convirtió en una autentica pesadilla.
La sonrisa se reflejo en nuestros rostros cuando regreso al campo para la ovación.
Para mi sorpresa la celebración continuaba y no solo para los jugadores, la familia también tendría la oportunidad de hacer el recorrido en un autobús descubierto. !!!No me lo podía perder semejante fiesta¡¡¡
Nuestros amigos Toto Sálvio y Magali no pudieron acudir a la fiesta por la lesión, pero eso no impidió su presencia.
Veinticinco jóvenes que luchan por alcanzar contantes metas, un equipo que día tras día se sacrifica por levantar las manos y cantar victoria. Todos merecéis un gran reconocimiento como el que habéis vivido hace dos días.
Existe la otra parte que somos los familiares, me centro concretamente en mi caso.
Te admiro por ser consciente del privilegiado trabajo que tienes y la suerte de haber llegado tan lejos como siempre soñaste.
Estoy orgullosa de tener a mi lado una persona como tu, la humildad te acompaña las veinticuatro horas al día.
Deseo ser testigo de muchos triunfos que tengas a lo largo de tu carrera.
Gracias por dejarme vivir todo junto a ti.
TE AMO CAMPEÓN.
No se, si a vosotros os sucede lo mismo, pero si miramos atrás y revisamos en nuestro pasado, los mejores momentos son con la presencia de la familia.
Yo tengo que añadir un recuerdo más a mi mente, ellos me hicieron feliz.